Este es un llamado de la Tierra a ajustarnos al nuevo ritmo,
a entrar en una pausa consciente y a acompañar a la naturaleza en su movimiento hacia adentro.
Un recordatorio sutil de que así como los árboles sueltan sus hojas sin aferrarse,
nosotros también podemos liberar con amor lo que ya no nos sostiene.
Este es un llamado de la Tierra a ajustarnos al nuevo ritmo,
a entrar en una pausa consciente y a acompañar a la naturaleza en su movimiento hacia adentro.
Un recordatorio sutil de que así como los árboles sueltan sus hojas sin aferrarse,
nosotros también podemos liberar con amor lo que ya no nos sostiene.